En
la isla de Creta, hace muchos años vivía un semidiós llamado
Terlecio. Era un hombre alto, esbelto y enamorado de una encantadora
mortal de nombre Marea. Terlecio y Marea daban paseos por la playa,
debido a la libertad que sentía Marea al pasear junto a su amado. Además este era el lugar donde la joven cantaba libremente.
A
los dos años la hija de Terlecio y Marea nació con el nombre de Esla.
Tánatos, el dios de la muerte, decidió llevarse el alma de una
familiar de Terlecio ya que su padre tenía una cuenta pendiente con el inframundo. Este decidió llevarse consigo el alma de la hija.
Marea
y Terlecio se negaban pero debían hacerlo, entonces fue cuando Marea
ofreció la suya por la de Esla.
Desde
que Tánatos se llevó a Marea, Terlecio y Esla pasean juntos por la
playa todos los dias. Tanto era el amor que seguía sintiendo Terlecio por su esposa, que siempre que iban por
la playa escuchaban la dulce voz de Marea.
Debido a esto el océano
retrocedió de emoción, pero Marea visita la playa dos veces todos los días.
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