jueves, 18 de febrero de 2016

PROTEO Y LAS PROTEÍNAS.




            El nombre de las proteínas procede del griego "proteios" = primario, y hace alusión al dios griego Proteo, hijo del Océano y guardián de los rebaños de focas de Posidón. Proteo tenía el don de la profecía, e iban a consultarlo todos los que querían saber el futuro; pero antes de emitir sus dichos había que apoderarse de él y sujetarlo, cosa nada fácil, porque Proteo adoptaba las formas más diversas y caprichosas: un dragón, un león o cualquier otro animal.
             Sólo cuando los visitantes no tenían miedo, Proteo se convertía en sí mismo y escrutaba para ellos el porvenir.
            La importancia de las proteínas ya fue sospechada por los investigadores en 1839. Esta denominación fue casi profética ya que, a partir de esta fecha, los investigadores han ido revelando que las proteínas están dotadas de múltiples formas y funciones distintas (como Proteo) y están implicadas en todos los procesos metabólicos de las células.


 El poeta argentino Jorge Luis Borges dedica un soneto a Proteo:

Antes que los remeros de Odiseo
fatigaran el mar rojo como el vino
las inasibles formas adivino
de aquel dios cuyo nombre fue Proteo.

Pastor de los rebaños de los mares
y poseedor del don de profecía,
prefería ocultar lo que sabía
y entretejer oráculos dispares.

Urgido por las gentes asumía
la forma de un león o de una hoguera
o de árbol que da sombra a la ribera

o de agua que en el agua se perdía.
De Proteo el egipcio no te asombres,
tú, que eres uno y eres muchos hombres.








No hay comentarios:

Publicar un comentario